Como mujer y como mexicana muchas veces me he cuestionado la falta de nombres en la historia de las ciencias, las letras y las artes de mujeres y no es porque no las haya sino porque se han quedado en el olvido por diversos factores, entre los que destaca la maternidad de tiempo completo, las circunstancias, en fin podríamos enumerar tantos factores como sea posible, pero investigando un poco más de lo evidente podemos descubrir grandes talentos desde tiempos remotos, Olimphia de Gouges (Marie Gouze), Hypatia de Alejandría y un largo etcétera hasta saber que en las letras algunas usaron seudónimos masculinos para no ser criticadas, justo esta introducción es por esa búsqueda y esos descubrimientos.
A principios del 2018 coincidí con una antropóloga canadiense que me invitó a la presentación de un libro en El Museo de la mujer este libro se trataba de la biografía de una pintora y poetiza mexicana, de inmediato me interesé y acudí a la presentación.
La Historiadora Luz María Vázquez Díaz es la autora de dicha biografía, donde rescata a través de una concienzuda investigación los trabajos de Carmela Duarte García ( 1866-1940) una pintora Yucateca (Estado mexicano) que desde temprana edad mostró interés por las artes plásticas y en especial por la pintura y que por su talento e insistencia logó conseguir una beca para irse a estudiar a Italia, esto sin duda fue un gran logro ya que estamos hablando de la época del Porfiriato en México.
Carmela con el apoyo de su familia y posteriormente de la mencionada beca llega a Italia el 4 de noviembre de 1890 quedándose a estudiar por cinco provechosos años.
El conjunto de la obra pictórica de Carmela Duarte está conformada por más de 40 obras pictóricas de los que el cincuenta por ciento son retratos y la otra mitad son naturaleza muerta, flores, frutas, animales y objetos.
En su faceta de poetiza se puede observar un sentimiento patriótico donde describe como alabanza a los héroes que mueren en el campo de batalla, después poemas dedicados a la religión esto derivado de la gran pérdida que tuvo, su hijo Alberto, un adolescente aún que se había enlistado en el ejército y fue alcanzado por las balas de la Revolución Mexicana.
Su obra poética consta de tres importantes momentos, en orden cronológico están el Diario de viaje, El Tratado de Moral y El Poemario.
En el Diario de viaje describe toda la ruta geográfica y social por la que pasó para instalarse a vivir en un país lejano con otra cultura, idioma, el romper con los paradigmas de la época al adaptarse a vivir sola a pesar de los cánones decimonónicos establecidos.
El Tratado de Moral trata de hacer partícipe de una moral adecuada refiriéndose a las nuevas tecnologías, como lo eran el cine y las armas mortales, para hacer uso de estas tecnologías apegándose a la civilidad.
En el poemario expresa sus sentimientos, como el amor, pero no sólo a la pareja sino el amor al prójimo, a la patria, a Dios, a los amigos, así como la ira, el dolor, el gozo, la alegría y la piedad.
Cuando tenemos la oportunidad de saber un poco más de mujeres como Carmela Duarte García debemos estar agradecidas por todas aquellas que nos han ido allanando el camino y también como Luz María Vázquez Díaz que a pesar de los obstáculos logró rescatar del anonimato a tan importante artista.
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