Anderson Boscan, de La Posta, llevó su narrativa a la Asamblea Nacional.
La Patria boba / Por ANTONIO MOLINA.
- Más allá de parecer una campaña contra la Consulta, el Gobierno debe aclarar que la Majestad de un presidente está por encima de la palabra de un delincuente confeso y dejar de amenazar a periodistas, por más irreverentes que parezcan.
Los seres humanos vivimos sueños y realidades, que ponen a las neuronas a mil revoluciones por minutos, cada vez que nos preocupa el paso existencial por la vida. Para unos, llegamos y vivimos hasta el final presa de un determinismo de cumplimiento inexorable; para otros, respondemos a fuerzas volitiva –propias o ajenas-- que nos marcan la senda a seguir; pero, unos y otros, respondemos a una fenomenología de causas y efectos, que se da en todos los órdenes. Descubrir causas y efectos sirve para despertar y evitar que nos manipulen…
Causas y efectos terminarán convirtiéndose en propósitos, buenos o malos. No hay términos medios y frente a esta disyuntiva parece que hoy estamos los ecuatorianos, quienes debemos enfrentar los efectos del escándalo político motejado como del “Gran ”Padrino”, que una semana después aun nos sacude y presagia influir a favor de la narco/delincuencia en la consulta del 5 de febrero. La causa, el “periodicazo”; el efecto, cómo votaremos en la consulta; el fin final, “propósito” cumplido…
La denuncia de LA POSTA, originada en un delincuente bocón, cobraría valor con las pruebas (aún no mostradas), como ocurrió con el escándalo de Watergate (junio de 1972) en Estados Unidos, que terminó con la renuncia del presidente Nixon, en agosto de 1974, cuando 5 desconocidos (republicanos al servicio de la Casa Blanca) fueron sorprendidos –aparentando ser ladrones—en la sede política de los demócratas en Washington. Nixon intentó manipular la justicia, pero un Congreso digno se enfilaba a su destitución y él prefirió convertirse en el único presidente norteamericano en renunciar.
Durante la semana pasada continuó la entrega diaria (en capítulos) de la investigación “El Gran Padrino” animada con entrevistas de conocidos políticos y periodistas que avalaron el trabajo de LA POSTA, a lo que debe añadirse la entrega de parte del trabajo periodístico a la Fiscalía General del Estado y a una de las Comisiones de la desprestigiada Asamblea Nacional. Al cierre de la jornada semanal, Anderson Boscan anunció que este lunes presentará las revelaciones de uno de los operadores directos de la red delictiva del sector eléctrico, despertando nuevas expectativas. El culebrón no puede concluir antes del 5 de febrero…
Más allá de estos anuncios, al cierre de la semana y tras el análisis de algunos hechos en que está envuelta la población van apareciendo propósitos definidos, que a lo mejor escapan a los ojos que no ven o no quieren ver la letra pequeña engarzada entrelíneas, como que estamos a escaso 20 días de las elecciones seccionales y, fundamentalmente, de una Consulta Popular que busca el pronunciamiento ciudadano sobre el auge delictivo/criminal por la penetración de los carteles de las drogas de México, Colombia y Albania. Evidentemente, la pregunta sobre la extradición va directamente contra los narcos, los sicarios y todas las ramificaciones delictivas que ha logrado incrustar el crimen organizado en la sociedad.
Parece –así pensaré hasta que los hechos me demuestren lo contrario—que el Gran Padrino, aunque tenga visos de ser una investigación periodística en pro de la transparencia, justo en este tiempo, más sirve al crimen organizado que a la pulcritud y a los narco/políticos que sin la menor vergüenza están en esa línea, disfrazándose de “antilasistas” como que si la consulta planteara: Usted está en contra o a favor del presidente de la República: Puedo odiar a Lasso, pero debo apartar a mi familia del crimen. Da la impresión que El Gran Padrino es parte de esa campaña diseñada, montada y en plena ejecución por la delincuencia transnacional, a la que le sobra dinero para este propósito.
Concomitante a la denuncia de LA POSTA aparece la amenaza indígena de ir a otro estallido social y todos sabemos qué nos dejan esas movilizaciones: paralización obligada de las actividades, falta de recursos en los hogares, ausencia de estudiantes en escuelas y colegios, millonarias pérdidas para el país, caos y muerte para los hogares, destrucción de bienes públicos y de la propiedad privada.
¿Recuerdan la postura de LA POSTA frente a las paralizaciones indígenas pasadas?... La campaña, entonces, fue contra María Paula Romo, ministro de gobierno en la caotización de Quito en 2019 y contra Patricio Carrillo, ministro que enfrentó el caos de los indígenas en junio del 2021. Son estos hechos que coinciden con la nueva campaña del Gran Padrino, los que obligatoriamente nos abre interrogantes…
Por su parte, el Gobierno –penosamente aún sin política de comunicación—está obligado a darnos una respuesta categórica y convincente sobre la denuncia de LA POSTA porque la majestad de la Presidencia de la República no puede ser manchada por lo que diga un delincuente confeso. Tampoco puede amenazar –de ninguna forma—a los periodistas de ese medio digital porque dejaría de ser un difamado, como dice serlo, para convertirse en violador de la Libertad de Expresión, enviando “Pichirilos” azules a las calles a merodear el sitio donde trabajan estos irreverentes comunicadores y a pintar grafitis en su contra… Boscan y su grupo merecen absoluto respeto, aunque no piensen como nosotros.