Y se fue cómo vino el día
venciendo la oscuridad,
venciendo sus obstáculos,
ganando la batalla final
sobre la noche.
Digo que venció la noche;
porque la aureola que iluminaba
el laberinto de su conocimiento,
brilla a pesar del tiempo.
Y con él se llevó a toda la humanidad,
que desde entonces ya no puede parir
y quedó preñada de tanta genialidad
per secula seculorum.
Decía todo lo que tenía que decir,
daba más de lo que tenía que dar
hasta que el Ogro filantrópico quedaba vacío,
y al siguiente día, el horizon