Las calles, el panóptico, y aquí quiero mi sepulcro de cenizas
para ser eterno una vez que yo fallezca
Porque si vivo en el prolijo divino
en una urna en la parroquia,
entre los empedrados más sublimes,
sus caprichos naturales
las montañas de sus casas y ladrillos beligerantes del tiempo
entonces seré un fantasma sin destierro…
Sempiterno
Apegado a los muros blancos
blancos mantos como los mantos inmaculados del arcángel rocoso,
que allí se encuentra
la cúspide matutina, vigilante y eterno…
a hacerle compañía.
Tan pulcro cortinaje de la tarde, como el oro que llueve en forma de rayos tejidos
Caprichosos y literarios
Sacados de tanta poesía
remilgosa que no quiere dejar rastro de su huella sin antes, haber sido leída… por unos cuantos
para vivir muerto
para morir vivo
anciano
delgado
sabio
y ánimo joven
alma vieja
y poeta empedernido
Testamento un papiro
mis cenizas en Comala, y las visitas,
en el camino volcánico hierbero
seré el anciano, un día, que por las noches aparezca escribiendo, o siendo el guía
rumbo al volcán de Colima.
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