ARMANDO ARÉVALO HERNÁNDEZ / DOCTOR EN CIENCIAS
Los agujeros blancos, son poco conocidos, es muy común que se hable acerca de los agujeros negros, son los más difundidos por las revistas de difusión científica. Si usted querido lector, le pregunta a algún conocido sobre si ha leído o simplemente ha escuchado sobre los agujeros blancos en el universo, se quedará perplejo y desconcertado y le replicará que usted quiso decir agujero negro y por error dijo agujero blanco. Antes de entrar a la definición de agujero blanco, démosle una vista a lo que es un agujero negro: Un agujero negro, es una región finita del espacio en cuyo interior existe una concentración de masa lo suficientemente elevada como para generar un campo gravitatorio tan grande del cual ninguna partícula material, puede escapar de ella, ni siquiera la luz, de ahí del nombre “negro”. Sin embargo, los agujeros negros pueden ser capaces de emitir un tipo de radiación, conocida por los físicos como la radiación de “Stephen Hawkins”, ya que fue él quien predijo la existencia de esta radiación inherente a todo agujero negro, en la década de 1970. Tiempo después, se comprobó que la teoría de Hawkins, sobre la existencia de esta radiación, era correcta. Hoy se estudia la radiación emitida por agujeros negros como Cygnus X-1, entre muchos otros que se han encontrado.
Los agujeros negros, tienen una gravedad tan grande que producen una curvatura del espacio-tiempo, provocando lo que los científicos han dado en llamar una singularidad envuelta por una superficie cerrada, a la que llaman horizonte de sucesos. Esto es previsto por las ecuaciones del campo de Einstein. El horizonte de sucesos separa la región del agujero negro del resto del universo y a partir de él ninguna partícula puede salir, incluidos los fotones.
Dicha curvatura es estudiada por la relatividad general, la que predijo la existencia de los agujeros negros y fue su primer indicio. En la década de 1970, Stephen Hawkins, Ellis y Pen rose demostraron varios teoremas importantes sobre la ocurrencia y geometría de los agujeros negros. La gravedad de un agujero negro puede atraer el gas que se encuentra a su alrededor, que se arremolina y calienta a temperaturas de hasta 12.000.000 °C, esto es, 2.000 veces mayor temperatura que la de la superficie del Sol. Surgió una pregunta muy interesante entre los físicos estudiosos de este fenómeno del universo, al ver que existen singularidades en los agujeros negros, a estas singularidades les llamaron agujeros de gusano. Se entiende por singularidad la región del agujero negro, donde las leyes de la física tradicional no se cumplen.
Los modelos matemáticos los llevaron a la creación de los puentes de Einstein-Rose, que son conocidos como agujeros de gusanos (ya los vimos en el capítulo anterior, dedicado a los agujeros de gusanos), que comunican una región del universo con otra, aquí entra en acción el agujero blanco, del cual casi no se oye hablar. ¿Qué es un agujero blanco? Agujero blanco es el término propuesto para definir una solución de las ecuaciones del campo gravitatorio de Einstein, cuya existencia se cree imposible, debido a las condiciones tan especiales que requiere, pero que matemáticamente viene a satisfacer las ecuaciones de los puentes Einstein Rose, de la Teoría General de la Relatividad.
En teoría, se trata de una región finita del espacio-tiempo, visible como objeto celeste con una densidad tal que deforma el espacio pero que, a diferencia del agujero negro, deja escapar materia y energía en lugar de absorberla. De hecho ningún objeto puede permanecer en el interior de dicha región durante un tiempo infinito. Por ello se define un agujero blanco como el reverso temporal de un agujero negro.
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