ARMANDO ARÉVALO HERNÁNDEZ / DOCTOR EN CIENCIAS.
Los agujeros blancos son como una especie de "salida" de los agujeros negros, ambos tipos de singularidades probablemente estarían conectadas por un agujero de gusano (notar que, como los agujeros blancos, los agujeros de gusano aún no han sido encontrados hasta ahora, pero existen en las fórmulas matemáticas); cuando se descubrieron los cuásares se supuso que estos eran los buscados agujeros blancos pero en la actualidad tal supuesto ha sido descartado, más sin embargo, hay fotos de los agujeros negros, pero no de los agujeros blancos, al menos hasta este año 2022.
Los más importantes avances en esta teoría son debidos a los trabajos independientes de los matemáticos Ígor Novio y Yuyal Necean en la década de 1960, basados en la solución de Kruskal-Schwarzschild de las ecuaciones matemáticas de la relatividad general. Otra idea generalizada en la actualidad es que si los agujeros blancos existen como lo predicen las fórmulas matemáticas, serían muy inestables, durarían muy poco tiempo e incluso tras formarse podrían colapsar y transformarse en agujeros negros. Finalmente, se ha postulado que los agujeros blancos podrían ser el inverso temporal de un agujero negro. También se ha llegado a conjeturar que la singularidad inicial del Big Bang pudo haber sido una especie de agujero blanco en sus momentos iniciales, y de ser cierto, al encontrarse físicamente al primer agujero blanco, se tendría la posibilidad de estudiar a la famosa explosión que originó nuestro universo.
El término Big Bang no se refiere a una explosión en un espacio ya existente, sino que designa la creación conjunta de materia, espacio y tiempo, a partir de lo que se conoce como una singularidad, es decir, un punto al que matemáticamente nos podemos acercar más y más, pero sin llegar jamás a él, y se dice que las reglas físicas que imperan para el universo, no funcionan en esta singularidad. Para entenderlo, uno debe imaginarse el desarrollo del universo en expansión en sentido temporal inverso, retrocediendo hacia el pasado. El universo se va haciendo cada vez más pequeño, pero la cantidad de materia es la misma, de manera que la densidad material va aumentando, hasta llegar al punto en el que la densidad de materia y energía se hace infinita y obviamente, superior a la densidad de Planck. Esto significa que las ecuaciones matemáticas fallan y el proceso no se puede explicar.
En este estado, la teoría de la relatividad general carece de validez; para explicar la situación del universo en ese momento habría que recurrir a una teoría, aún desconocida, de gravedad cuántica. De ahí que la física actual no conozca ninguna teoría generalmente aceptada capaz de explicar el universo en sus inicios ni a la famosa explosión. Transcurrido aproximadamente un microsegundo después del Big Bang, el universo ya se había expandido y enfriado lo suficiente como para que su desarrollo posterior estuviera determinado por procesos que podemos observar en la física de partículas. ¿El estudio de la creación del universo, por medio de esta explosión nos serviría para entender a los agujeros blancos?
Se sostiene que fue un agujero blanco, el que originó al Big Bang y de ser cierto, la pregunta sería ¿de dónde viene toda esta materia que se creó al ser expulsada por ese agujero blanco? ¿También podríamos afirmar que al estudiar a los agujeros blancos, estaríamos estudiando al Big Bang? De ahí la importancia de los agujeros blancos, no sólo los negros lo son. En otro artículo en exclusiva para Prensamérica Internacional, hablaré sobre los nuevos datos que nos está aportando el telescopio James Web, tal parece que su análisis está llevando a la desmistificación de la existencia del Big Bang, esto es que el universo no tuvo su origen en el Big Bang, ya lo veremos en el próximo artículo.
Comentarios