Desde el núcleo ancestral del esoterismo, el simbolismo y la filosofía masónica, a este cuerpo planetario de dimensiones colosales, se le asocia desde la Gran Babilonia como el dios MARDUK, encargado de la magia, el juicio, la unidad, el dominio de las aguas y la fertilidad; como hijo de Enki, el dios sumerio de la construcción, la creación biológica, el arte, y la inteligencia, Marduk se encargaría de dirigir la construcción del templo Etemenanki o Torre de Babel, que en significación simbólica masónica se define no sólo como la estructura mítica que refugia razas, lenguas, y credos, sino, la alianza fraternal que unifica todos los rincones del planeta. Marduk es el símbolo de la hospitalidad, la cohesión de las diferencias, el precepto hermético de la correspondencia, y la unión de todas las ideas, religiones o idiomas.
Por otra parte, en Egipto, a Marduk se le asoció con AMÓN RA, dios carnero o dios cabra, supremo en Tebas, simbolizando el poder de los elementos de aire y fuego, la fertilidad, y de los conocimientos ocultos, simboliza la multi concepción divina, la energía expresada en todas sus formas, y las ciencias sagradas. Dicha deidad, tuvo vínculos estrechos, milenios más tarde, durante la Edad Media, el Renacimiento y la época victoriana, con la imagen del BAPHOMET, criatura caprina de indicios templarios y de alta magia, de acuerdo a Eliphas Levi que simboliza las 7 leyes universales del hermetismo.
Aproximadamente, de acuerdo a los registros históricos de la era vulgar, 1000 años después del imperio egipcio, Amón fue relacionado en Grecia como ZEUS, quien gobernaba el Olimpo, la energía, y a la humanidad, padre de todos los dioses y las personas, y que fue adquiriendo el nombre de XENIUS, que representaba la hospitalidad, protección o resguardo y la fraternidad.
Un milenio más tarde, en Roma, a Xenius se le llamó tal como el astro, Júpiter, dios de la luz, las cosechas y las estaciones, decidía con su rayo el destino de toda la humanidad, también se le llamó DIONISIO, y en algunas regiones romanas fue evocado como SABACIO, por tanto, la mano sabacia o mano que porta el rayo, se le asocia a que esta deidad y astro, fue máximo patrón del panteón romano capaz de dirigir la luz, las tinieblas, los ciclos de la vida, la resurrección. La mano de Júpiter, mano sabacia o mano de los misterios es un símbolo masón donde cada uno de los dedos contiene significados alquímicos para transformar o transmutar.
Por ser el quinto planeta del sistema solar, representa también los 5 elementos y la estrella de 5 puntas, el Tetragramatón, el humano sin invertir como entidad micro universal en un macrocosmos, simbolizando el uno en el todo, y el todo en el uno, la imbricación completa y el tejido integrado de todas las cosas como expresión de la Unidad.
A unos días del solsticio de invierno, el 21 de diciembre, a la entrada del signo de Capricornio, bajo los auspicios de esta Gran Logia de Antiguos Masones del Estado de Colima, celebramos entonces la integración de ideas provenientes y diferentes como entidades micro cósmicas, el flujo de la energía de los astros en nuestra fisiología, la transmutación o conversión de la oscuridad en luz, las 4 estaciones, y la libertad, igualdad y fraternidad.
Todos formamos parte del Uno y el Uno forma parte de todos.
¡Cargar cañones! ¡apunten cañones! ¡FUEGO!
¡Cargar cañones! ¡apunten cañones! ¡MÁS FUEGO!
¡Cargar cañones! ¡apunten cañones! ¡POR EL MÁS SUBLIME DE LOS FUEGOS!
M.´.R.´.G.´.M.´. este deber está cumplido
C.´.M.´.SALVADOR ALEJANDRO OCHOA LÓPEZ
Miembro de la Gran Logia de Antiguos Masones del Estado de Colima
“El temple del brazo es vigor en la tierra”
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