Por: Roberto Godínez Soto
La física es una ciencia que se encarga de estudiar todas las propiedades de la energía y la materia. Esta ciencia analiza y explica el por qué de los fenómenos que alteran la forma de las moléculas de los cuerpos.
Asimismo, es la Ciencia que es representada en los símbolos de muchos grados y base de las ceremonias de muchos Ritos.
Antiguamente la física, estudiaba los cuatro elementos primitivos: Agua, Fuego, Aire y Tierra.
A veces llamamos también simbólica a la ciencia o a la teoría de los símbolos, como la física es la ciencia de los fenómenos naturales o la lógica la ciencia de las operaciones racionales.
Las matemáticas es la Ciencia que estudia las propiedades de los números y las relaciones que se establecen entre ellos.
Para la doctrina pitagórica el número es la medida de todas las cosas y la raíz de las proporciones de la Armonía Universal, manifestada por la música, las matemáticas y la gramática.
La física es una ciencia que necesariamente necesita de las matemáticas para existir, si queremos analizar un fenómeno físico, necesitamos traducirlo de algún modo a una expresión matemática, como una ecuación.
A manera de conclusión: La creación según los antiguos Filósofos, se compone de cuatro elementos: Tierra, Aire, Agua y Fuego. (falto el quinto elemento, ETER) Ellos representan al Universo por el Círculo y al planeta que habitamos por un Cuadrado, creyendo que tal era su figura, o por una cruz de cuatro brazos iguales. Y por otra parte, sólo el que se conoce a sí mismo o al Microcosmos y al pensamiento, que es su emanación, es digno de llamarse Mason, en todos los rituales se busca conocer el Círculo y su Cuadratura, palabras simbólicas del Cosmos y el Microcosmos.
Si el cuerpo humano es, como todos los demás cuerpos, un agregado de partes sometidas a leyes físicas que la Razón comprende y gobierna, ésta (la razón) es superior a aquél; es una fuerza y no un simple efecto de la acción molecular. Admitimos que el cuerpo es el instrumento de aquella fuerza y no debe confundirse con ella, pues, así como el oído es el instrumento de la audición, más no la facultad de oír, el cerebro o el órgano u órganos de nuestra máquina son los instrumentos del alma o el pensamiento, más no es ni puede ser la facultad de pensar.
Por lo tanto hay que convencer al hombre de que si Él, por finito, comprende los arcanos de la naturaleza y crea las ciencias y las artes, es porque su inteligencia es una emanación de la inteligencia superior o del ser infinito que lo formó por ella a su imagen y semejanza, por lo mismo todos somos iguales, somos hermanos y coherederos de los bienes de la tierra y de los cielos.
Mónita: LA INMORTALIDAD DEL ALMA.
Es cuanto.
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